viernes, 4 de febrero de 2011

El Instante Maravilloso, poesía rusa del siglo XX; una Antología de la desdicha


El Instante Maravilloso, poesía rusa del siglo XX;
una Antología de la desdicha


Para Susana Sanromán
In memoriam


            Desde algunos años -circunstancialmente, y no porque yo sea el indicado para hacerlo- he escrito sobre lo que Jorge Bustamante García traduce. En su ejercicio continuo y de magnitudes mayores, he observado con atención su paciente y cuidadoso trabajo de entregar versiones del ruso a nuestra lengua. Leí, y comenté en su momento la traducción que nos entregó de los poemas de Anna Ajmatova que en la colección Poemas y ensayos, hoy dirigida por Marco Antonio Campos, hubo publicado hace algunos años. He signado, en fin, mi aprecio sobre esta asombrosa labor de artífice que Bustamante ha labrado; ahora entiendo que fue, sin duda, una manera de reconocer este olvidado trabajo del traductor. Y hoy, mi comentario a El instante maravilloso, poesía rusa del siglo XX, que recoge buena parte de su trabajo con la poesía de la lengua de Dostoievski, da seguimiento a la serie de comentarios que le he ofrecido al autor de El caos de las cosas perfectas.
            He leído este libro grande, y lo he hecho por lo que me atrae del caso: la pasión por la lengua y los poetas rusos con los que Bustamante tiene algo más alto que un sencillo apego. Me emociona la paciencia con la que el traductor colombiano mira levantarse, como fuentes deslumbradas, los poemas que ha de traducir. Me entusiasma sobremanera esa capacidad, que pocos tienen, para mirar la vida de cada uno de los autores que traduce, por que hasta hoy, no creo que haya traducido un solo autor y ni siquiera un poema, que no sea parte de esa entrega pasional a la loba inmunda llamada poesía, porque -con sobrada razón lo digo-, la poesía no puede entenderse sin la pasión de todas las partes que la conciben. Y en esta obra puede notarse, con claridad, este suceso que se origina en el corazón.  Me detengo aquí sólo para anotar que llamé “obra” a este libro de traducciones. Como en su misma introducción, se recuerda la anécdota entre Mandelstam y Pasternak, que dijo el primero ante la misma Ana Ajmatova, a propósito de la traducción de Shakespeare por parte de Pasternak: “sus obras consistirán en 12 tomos de traducciones y sólo uno de sus propios poemas”. Y aunque aquello parece un reclamo, una acusación y hasta una especie menor que la burla, no dejamos de creer que la obra traducida, -como acto mismo-, no pueda llamarse obra. La traducción misma, bien hecha y comprometida, sí puede -aunque discretamente- llamarse obra, y más aún si el traductor es un creador.
Ahora pregunto ¿cuál es la obra del traductor? ¿Cómo signarla? ¿Cómo llamarla si es una labor que siempre se ha dejado fuera de todo acto central en el mundo de la creación? En fin, lo que dice Bustamante, a propósito de una hipotética respuesta a Mandelstam de parte del autor de “El doctor Zhivago” resulta muy ilustrativo, el dice: “Al lado del gran poeta ingles, un solo libro de buenos versos propios basta”.
Complicada y discutida la labor del traductor, pero sin duda de una profunda responsabilidad, porque el traductor de poesía, canta en su idioma lo que oyó cantando en la lengua madre de aquel canto. El traductor es el copista de la música en su sonoridad primigenia. El traductor de poesía, es como el loco que  traduce lo que han dicho las flautas y las abejas; siempre está atendiendo al aire.
            Otra cosa que me parece importante mencionar de las traducciones que Bustamante ha publicado, y que ya para sus lectores resulta casi familiar, es que su aplicación a la poesía y a los poetas (lo podemos ver en sus notas y trabajos más amplios sobre el tema), nada tiene que ver con ese torpe espíritu de la Academia que muchas veces suele acabar con el zumo de la literatura. Sus anotaciones y sus ricas y precisas semblanzas de los autores que traduce, nos hacen creer en la cercanía.
            Al contrario de los académicos que sólo ganan cátedras, grados y sueldos en las universidades, el trabajo de este traductor y poeta colombiano-mexicano, ha sido con la vida y el corazón de las palabras, con su sangre inmensa y hasta con las enfermedades que viven los hombres comprometidos en el canto. Jorge Bustamante García eligió para su destino una poesía asentada en la desdicha, porque la poesía rusa del siglo XX ha sido perseguida por las tormentas humanas y por el sacrificio infortunado de los que la escribieron, como señalaba Jünger. Es una Poesía, que tuvo su particular destino trágico, es decir, fue reflejo de aquella historia del pueblo ruso al que le tocó ser vientre de una expresión -sobre todo poética- sumamente honda e inscrita en el dolor.
El libro -El instante maravilloso; poesía rusa del siglo XX, que es resultado de muchos años de búsquedas e indagaciones- es una muestra más que panorámica de mirar la poesía rusa de frente y representativa, pese a que son autores que fueron seleccionados con un criterio afectivo y muy lejano a las voluntades académicas y/o de estudio. El instante maravilloso, sin embargo, es una suerte de caleidoscopio de esa generación llamada -allá en Rusia- del Siglo de Plata; salvo Tarkovski y Brodski, y la selección que el traductor ha hecho habla también de una intención y esa intención mucho revela los intereses que Bustamante nos ha mostrado a lo largo de la traducción del libro. A él le apasiona descifrar el sufrimiento humano, le interesan las vidas de estos poetas que terminaron apostándola contra la poesía, y sabiéndolo, perdieron.
            En este libro, la desesperanza como la de Ajmatova tiende hilos a lo largo de sus páginas. La antología de fino tejido, es un libro que honra a su titulo, ante el razonamiento que puede leerse en el verso de Pushkin que sirve de epígrafe general al volumen: Recuerdo aquél instante maravilloso/ cuando ante mi apareciste,/ como una visión efímera,/ como genio de la belleza pura, y si ese instante ha sido el de la poesía en su aparición primera, pese a la desdicha, la desesperanza, la soledad, los autores de la historia rusa, la poesía aquí reunida, seguirían siendo un instante maravilloso en nuestros ojos iluminados por la pasión, que también espero todo lector conserve como único tesoro.° (NC)


domingo, 7 de noviembre de 2010

Tejer la luna con las manos (Tisser la luna de ses mains)







Tejer la luna con las manos
(Ars Poesie)

                            A Jean-Pierre Husquinet

Tejer la luna con las manos,
entrelazar el agua para hacer el río,
dar a la luz un orden en la trenza del día,
hacer en el aire un nudo con la nube de polvo,
tejer el viento y pintarlo…
                                      eso es la poesía.


Tisser la lune de ses mains
(Ars poésie)

                     À Jean-Pierre Husquinet

Tisser la lune de ses mains,
emmêler l’eau pour faire le fleuve,
mettre au monde un ordre tressé du jour,
faire un noeud de l’air et du nuage de poussière,
tisser le vent, le peindre...
                                             c’est la poésie.


                                       Traducción : Nayelli Castro Ramírez

 

jueves, 14 de octubre de 2010

Javiera en el acuario de los peces rotos

AVISO
Publicada en la revista El rinoceronte enamorado de SLP en 1985, en el suplemento del periódico El Informador de Guadalajara algunos años después, y en 1988, en el Instituto Michoacano de Cultura. La obra ha sido puesta en escena en varias ocasiones en diversas ciudades de México. Sin embargo, me es preciso mencionar que fue estrenada por Arsenio López (+) e interpretada por Carmen Calderón en 1986.
En 2009 se cumplieron veinticinco años de haber sido escrita. Agradezco a quienes hasta hoy, la publicaron, la pusieron en escena o simplemente la leyeron. Razones sobradas, para revisarla y publicar el resultado en este espacio. (NC)

Javiera en el Acuario de los peces Rotos

Monólogo en un acto dividido en dos cuadros

Para Arsenio López, in memoriam,
a Mónica Sánchez, actriz,
a Yamile León, actriz.




Javiera Ramos
Puede ser que tenga más de 40 años, o tal vez menos, no estoy seguro. Lo que sí puedo decir con toda seguridad, porque es la más clara evidencia, es que Javiera es una mujer hermosa. Poco acabada.
También sé que nació en una ciudad porteña, o al menos ha vivido en esa ciudad con mar delante. De sus orígenes sé poco y no me hizo falta para reconocer en su mirada, el fuego de las mujeres que viven con fervor y un día dejan el temor a la vida y el mar disminuye en sus ojos. Ahora viste un vestido que no le va tan mal. Sus manos son largas y tal vez el cuello. No es tan alta y le gusta apretar la taza del café entre sus manos, por el calor que dice que le falta.

CUADRO SEGUNDO
SALA DE APARTAMENTO EN CONDOMINIO. POCOS MUEBLES. LOS SILLONES SE HAN RECORRIDO HACIA LOS LADOS PARA DAR ESPACIO AL CENTRO. LA MESA ESTÁ AL FONDO.
LOS MUEBLES FORMAN UNA SEMILUNA. AL CENTRO, SOBRE UNOS CAJONES -CUBIERTO POR UNA GRAN SÁBANA BLANCA- ESTÁ TENDIDO EL CADÁVER DE JOSÉ LUIS, DE QUIEN LO ÚNICO QUE ALCANZAMOS A VER, SON LAS PUNTAS DE LOS PIES DESCALZOS, MORENOS, QUIETOS…
EN LAS PAREDES –CUBRIENDO EN PARTE LAS CUARTEADURAS Y DEFECTOS DE PINTURA- CUELGAN FOTOGRAFÍAS DE JOSÉ LUIS: SOLO, CERCA DE UN BARCO SIEMPRE VESTIDO DE MARINO, EN EL MUELLE CON AMIGOS, EN LA PLAYA, ETC.
HAY TAMBIÉN ALGUNOS DIPLOMAS DE ESCUELA NAVAL, BOINAS DE MARINERO, FOTOS FAMILIARES, UN CALENDARIO Y JUNTO AL CRUCIFIJO, UNA GRAN FOTO DE BODA EN LA QUE SONRÍEN JAVIERA Y JOSÉ LUIS.
AL ABRIRSE EL TELÓN, JAVIERA ESTÁ SENTADA Y TIENE LOS CODOS SOBRE UNA MESA. ACARICIA UNA BOTELLA DE RON. LA COLOCA ENCIMA. LUEGO SE PONE DE PIE. SE ALEJA DE LA MESA. CAMINA Y SONRÍE. SU SONRISA ES POCO TURBIA, AUMENTA. SE ACARICIA EL PELO. SE PONE SERIA Y RECTA FRENTE AL CADÁVER. QUIÉN SABE SI MIRA AL CADÁVER O AL VACÍO. SE VUELVE DE PRONTO HACIA EL CRUCIFIJO. COMIENZA A IR HACIA ÉL. SE ARRODILLA BAJO LA IMAGEN. MURMURA DURANTE UN CONSIDERABLE MOMENTO CON LA CABEZA BAJA. ¿REZA?
JAVIERA. LEVANTA LA CABEZA. MIRA LA IMAGEN. Hay días completos que se piensa una sola cosa, o se sueña, como desde el lunes. He soñado el miedo. Veo rostros aterrorizados; sueño despierta. Cuando duermo, siento la muerte. Y estoy segura que esos rostros no son más que la repetición de este que tengo y que ahora descubre algo nuevo: la risa, su propia risa…  RÍE SUAVE. SE LEVANTA. DE FRENTE AL CRUCIFIJO. Te lo digo a ti porque sé que no existes y no te vas a burlar de mí. Nunca me has dado respuestas, y yo sé que todo lo que existe debe responder, aunque sea lo mínimo. SE LEVANTA, CAMINA. Algunas veces sí creí en ti. Me fallaste. Nunca supe lo que pasó, pero nunca encontré tu palabra, de la que tanto me hablaban. En la que me hicieron creer. PAUSA. AL CADÁVER. Te dije desde el lunes
que no fueras tan débil, que resistieras. No fue mi culpa, ni la de nadie más. REPENTINAMENTE RECUERDA. ¡El café! Ya debe estar hirviendo. SALE. SE ESCUCHA QUE HABLA FUERA DE ESCENA, SE REFIERE AL CAFÉ. ENTRA CON UNA TAZA EN LAS MANOS. LO PRUEBA, SE QUEMA, HACE GESTOS. AL CADÁVER. Hemos estado desde hace tres días aquí, y lo único que he tomado es café. Hago caca color negro… RÍE ESTÚPIDAMENTE. Eso debe ser, si no por el café, por el luto… ¡Yo de luto! ¡Javiera Ramos de luto! y tú, bajo la sábana, tieso, bien tieso… VUELVE A REÍR. Esto parece un juego, el juego de la que se ríe sola… DECLAMA. José Luis Romero se murió y a su muñeca se le cayó el corazón al río… y aquí está de negro, toda de negro… SERIA. Este puerto nunca me gustó. Siempre te lo dije. Ocho años viviendo de un lado a otro, pero nunca en el extranjero, porque tú no querías. ENCIENDE UN CIGARRO. FUMA. Ahora puedo fumar delante de ti. ARROJA LA BOCANADA HACIA DONDE ESTÁ LA CARA DEL CADÁVER. Cuando me conociste en el malecón, llegaste hasta donde yo estaba y me dijiste: “¿Quieres un cigarro preciosa?” yo te dije que sí. Tú me lo encendiste tratando de ser cortés... SONRÍE MEMORIOSA.  Antes de terminar el cigarro ya íbamos camino al hotel. Gastaste mucho dinero en mí. Fuiste el único cliente aquella noche. ¿Y será posible que después me prohibieras fumar? FUMA, SONRÍE. Ahora estoy fumando, fumando tus cigarros y ya no puedes hacer nada. FUMA. Los vecinos no deben saber que estamos aquí. El domingo te vas a ir por la noche, sin que nadie se dé cuenta. Entonces nos despediremos y comenzaremos a morir. A renunciar uno del otro, aunque en  verdad, quien ha renunciado, he sido yo. AL CRUCIFIJO. Tú no sabes de estas cosas, no sabes lo triste que es renunciar a alguien. TIERNA, SOLLOZANTE. MIRA AL VACÍO. El amor es difícil de entender. Hay algo como una bestia dentro del amor y no se comprende. El deseo nos desborda. La carne parece ser una animal sin control... Mis senos se vuelven pájaros... Los muslos guardan al abismo sediento... El amor es la sed. DE NUEVO AL CRUCIFIJO. ¿Cómo podrías entenderlo? No sé por qué te hablo a veces. No puedo evitarlo, aunque me des miedo, pienso que no te importa nada de mí. Te has burlado... ADUSTA, DESCUELGA LA IMAGEN.  ¡Parece que me quemaras las manos! SALE PRESUROSA CON LA IMAGEN EN LAS MANOS, APRETANDO LOS DIENTES. ENTRA. RESPIRA HONDO. Me quité un peso de encima. AL CADÁVER ¿Te acuerdas de los aretes y la pulsera que me regalaste en mi último cumpleaños? Los tengo guardados. Ya no me los voy a poner. INFANTIL... los voy a guardar para que se acaben solos. SILENCIO. Por un momento pensé que yo sería la muerta. ¿Te imaginas yo muerta? Pero aquí el muerto has sido tú. Creí que despertaban los vecinos. Tu muerte no fue ruidosa. LO MIRA DURANTE UNA BREVÍSIMA PAUSA. Hoy tampoco abriré la ventana porque a veces los vecinos pasan y se asoman para curiosear y si nos ven aquí dirán que… pues no sé lo que dirán, inventarán algo, como toda la gente. Mejor no abro, aunque no entre luz... ¿Para qué quiero mucha luz? BEBE CAFÉ. RECUERDA ALGO. ¿Y mi velo? ¿Dónde está mi velo? LO ENCUENTRA FÁCIL POR ALLÍ. LO COLOCA EN SU CABEZA. ¡Qué elegante! ¿Cómo me vería yo tan elegante? Y luego mis lentes negros, y mi vestido largo, y mis zapatos de tacón, y mis medias, y… IRRUMPE DE PRONTO CON UNA RÁPIDA SALIDA. FUERA DE ESCENA -EN LA HABITACIÓN CONTIGUA- SE LE OYE DECIR: ¿Dónde estarán?, “pero si yo aquí los dejé”, etc.
ENTRA. TIENE PUESTOS LOS LENTES OSCUROS, VESTIDO LARGO, ETC. PORTA ADEMÁS, UNA BOLSA DE MANO OSCURA Y UNA FLOR BLANCA EN LA BOCA. SU MANERA DE CAMINAR NOS RECUERDA A UNA SEÑORA ALTAMENTE CURSI. COGE LA FLOR ENTRE SUS DEDOS DELICADAMENTE. ¡Ahora sí, al sepelio! RÍE PARA SÍ. Debo ser muy guapa. CAMINA HACIA EL ESPEJO. SE MIRA. ¡Claro que soy muy guapa! Ahora soy la mujer de un capitán que acaba de morir y no de un simple marinero, ¿Oyes José Luis? ¡La esposa del capitán del “Nobilis”! ¡Nada más y nada menos que la viuda del capitán del barco más importante del Océano Atlántico! CAMINA Y COMIENZA A MIRAR PERSONAJES IMAGINARIOS… ¡Señora Robles, qué gusto!… CAMBIA SU GESTO DE SORPRESA POR UNO FINGIDAMENTE TRISTE. Muchas gracias…Pues sí, una nunca espera estas cosas, pero….Claro, estoy deshecha… FINGE LLORAR. Parece que está dormido… A OTRO PERSONAJE. Gracias, muchas gracias… Pasen…Gracias señora Robles, gracias… LES MIRA ALEJARSE. PARA A UN PERSONAJE COMPLICE. Te fijaste qué pareja tan desigual: él tan feo y viejo, y ella… LA SORPRENDE LA PRESENCIA DE OTRO PERSONAJE. Ay nena, no te había visto… Gracias… mucho gusto señorita… pasen, pasen a la cafetería… sí, en el cumplimiento del deber… sí gracias… AL PERSONAJE DE JUNTO. Míralas nada más, de qué mal gusto vienen vestidas las dos, no saben que el tocado dejó de usarse hace años… Acompáñame, déjame saludar al capitán Nava… CAMINA DISIMULADA Y HÁBILMENTE HACIA OTRO SITIO. Buenas noches capitán… ¿Cómo sigue?… me alegro… pues mire, ya ve usted, con esta tristeza tan grande… sí claro, fue tan duro… sí verdad… ya imagino a los familiares de los que ni siquiera se rescató el cadáver… no sabe cuánto le agradezco… claro, su valentía al arriesgar la vida comandando el rescate… de acuerdo, pase, pase, al fondo está el servicio de cafetería, pase por favor… gracias Capitán… SONRÍE. Usted siempre tan caballero… COQUETA. ¡Ay, gracias! Claro que no, por aquí estaré… LE MIRA ALEJARSE. AL PERSONAJE QUE VA CON ELLA. Está guapísimo y su esposa es una mujer horrible y además engreída. Pero lo que ella no sabe, es que éste daría un barco por mí… CALLA. SE  QUEDA INMÓVIL. SE DESPOJA FURIOSAMENTE DEL VELO, LA FLOR, LOS LENTES Y LOS ARROJA HACIA DONDE ESTÁ EL CADÁVER. Pero tú eres un simple marinero, un marinero miserable que pasaste los años abandonándome y por supuesto, engañándome con todas las putas de todos los puertos. MIRA AL CADÁVER Y SALE REPENTINAMENTE. LA ESCENA QUEDA VACÍA POR UN INSTANTE. ENTRA. TIENE UNA LATA DE TALCO, LOCIÓN, DESODORANTE, CEPILLO PARA PEINAR, ETC. COMIENZA A PONERLOS CERCA DEL CADÁVER. LEVANTA UN POCO LA SÁBANA Y ESPARCE EL TALCO, LA LOCIÓN Y APLICA EL DESODORANTE. Me hueles a flores muy raras. Prefiero el olor de tu loción, en lugar de unas flores que no conozco. RÍE DE PRONTO. HA RECORDADO ALGO. Si mi tía Roberta me viera poniéndote talco, ya me imagino lo que me diría… “Ay hijita, parece que le estás poniendo talco a un bebé y no a tu marido…” Tan simpática mi tía Roberta, que me atrevo a apostar que cuando ella hace reír a alguien, la risa se podría oír abajo el agua… tiene un gran ingenio. Bien pudo haber sido escritora, actriz de cine o payasa. Es tan chistosa que… CALLA. SE QUEDA MIRANDO AL VACIO. ¿Ya sabes que murió? Fue cuando estabas en Italia, cuando la historia de la francesa con fotos y cartas. Cómo me acuerdo de aquello. “No, el que anda con esa muchacha es el jefe de máquinas, yo nada más me retraté con ella”, me dijiste, pero ¿Sabes una cosa?… A mí nunca me viste la cara de tonta, yo estuve detrás de ti. Conocía todos tus gestos, tus palabras y me sabía de memoria todas tus fórmulas que usabas para mentir. No se equivocó mi tía Roberta: “Hija, tú debiste haber sido psicóloga o algo parecido. Todo lo adivinas y eso es sólo de gente inteligente”. Y estoy de acuerdo, porque nunca me equivoqué. Nunca me pudo engañar nadie ¿Me oyes José Luis? ¿Me oyes? ¡Nadie! Lo creíste tú y antes de ti, todos… todos creyeron engañarme. Pero debiste saber que siempre lo supe todo… todo.  Y yo sí los engañé, incluyéndote… SU RESPIRACIÓN ESTÁ AGITADA. Y no conforme, te indignabas diciendo que estaba loca. Nunca se me va a olvidar el día que me dijiste que yo no era más que una “vulgar puta”. SOLLOZA. Cuando decidiste casarte conmigo me habías dicho que mi pasado iba a quedar en el olvido,  y no pasó mucho tiempo en que el juramento se desmoronara. SUS OJOS HAN CRECIDO. Ese día -lo tengo bien grabado-, ese día… cuando olvidaste todas tus promesas y juramentos y me golpeaste por primera vez… me humillaste… desde ese día acabaron muchas cosas. Los hombres son capaces de olvidarse hasta de sí mismos, cuando se trata de hacerle daño a una mujer… SUENA EL TELÉFONO. ELLA SE SOBRESALTA. Deben llamarte a ti. ARREGLA SU PELO, SE MIRA AL ESPEJO, PRUEBA SU VOZ, SE DIRIGE HACIA DONDE ESTÁ EL TELÉFONO. DESCUELGA FINAMENTE. Diga… Sí, sí, aquí es el 209, ¿Por qué?… Ah, ya entiendo, usted… del tercero, ah pues entonces del piso de aquí arriba… sí señora dígame… ajá, claro… No, no lo he percibido… ¿Algo podrido?… ¿A perro muerto?… RÍE. Qué raro… yo creo que no… Yo me dispongo a salir fuera de la ciudad… claro… sí, sí lo haré, pierda cuidado… por supuesto que daré aviso… una nunca sabe… si señora, claro que estaré al pendiente… Gracias, bai… CUELGA. MIRA HACIA EL CADÁVER.  Me pregunto cómo es que esta vieja tiene el número, y me pregunto cómo es que cree que debe llamar aquí para averiguar un olor que se le mete por la ventana… CALLA. Se preocupan de sus propios olores… FUMA PROFUNDO, SONRÍE. ¿De qué olores estamos hechos José Luis, que cuando estamos solos nos rechazamos? ENÉRGICA. Nada de lo que llevamos en nuestro cuerpo nos pertenece a fin de cuentas. Y a ti, mira cuántas cosas se te van quitando. Cuántas cosas has perdido en estos días en que tu cuerpo está quieto, frío y a mi disposición. PAUSA. El domingo nos vamos a despedir y apenas es viernes. Todavía nos quedan muchas cosas por vivir, antes que te marches. Tomaré yo sola, porque tú no me invitabas ni siquiera un trago. Y eso sí, te emborrachabas cada que te daba la gana… pienso a conciencia y creo… creo que eso no fue justo. SIRVE UNA COPA. BEBE. Está fuerte, pero hace tanto bien. AHORA LEVANTA SU COPA. ¡Salud esposo mío! BEBE Y SABOREA EL TRAGO. SE QUEDA MIRANDO FIJAMENTE HACIA DONDE ÉL YACE. CAMINA LENTAMENTE Y SE LE ACERCA. REPENTINAMENTE ARROJA EL RESTO DE LO QUE HAY EN LA COPA HACIA DONDE ESTÁ LA CARA DEL CADÁVER. Siempre me quisiste ver como una cosa pequeña, o como un animalito que cuando abrías la puerta tenía que ondear la cola y resbalar su cuerpo por entre tus piernas, pero nunca te interesó lo que me ocurría por dentro y que me abría como una herida como un abismo para hacer crecer más y más este vacío. Esos días, qué digo días, semanas, meses… meses de soledad y casi de total silencio que viví entre estas miserables paredes, mientras tú… para qué repetirte, si ahora tus cuentas las estás pagando en la mesa del juicio final. Y yo me voy a quedar sola, sola y a la intemperie… sola, al centro de todas las cosas… en lo más alto del mundo… ¡Ssshht, silencio! Seré la única mujer que puede hacer lo que quiera con el cuerpo de un hombre que al que dejó de querer. COMO UNA GATA, VA HACIA EL CADÁVER Y TREPA EN ÉL. SE ACUESTA ENCIMA. Acariciarlo por ejemplo… LO ACARICIA SOBRE LA SÁBANA. ¡Tócame José Luis…! SE RECORRE LENTA Y PLACIDAMENTE. ¡Tócame te digo…! CON SUS MANOS MOVERA LAS MANOS DEL CADÁVER SOBRE SU ESPALDA.
-Dime que me deseas como nunca…
 -SE CONTESTA CON SU VOZ MÁS GRAVE. Sí te deseo…
-¿Con todo el amor del mundo…?
-Sí, con todo el amor del mundo, pero ahora estoy cansado y…
-Repítelo, dime que me deseas…
-Javiera por favor, el viaje fue cansado…
-A mí no me importa, bésame… GIME.
-Con más fuerza, destrózame…
-No quiero, te digo que no quiero, por favor…
-Hazme pedazos…
-Está bien, Javiera… CON LAS MANOS DEL CADÁVER TRATA DE QUITARSE EL VESTIDO LARGO.
-¿Estás excitado?
-Sí, Javiera, sí… SE ACARICIA EL CUERPO CON LAS OTRAS MANOS Y COMIENZA A DESABOTONAR EL OTRO VESTIDO, QUE DESDE UN PRINCIPIO LLEVABA…
-¡Suéltame! SE DESHACE DE LAS MANOS DEL CADÁVER. Ahora no. SE LEVANTA. ¡Será cuando yo quiera! ¡Cuando yo quiera! ¿Te queda claro?
-Pero Javiera, tú empezaste, yo creí que…
-Yo empecé, sí… ¡Y yo termino…! RIE BURLONA, MIENTRAS SE ARREGLA EL PELO.
-Quiero que te acuestes conmigo Javiera, por favor
-Te dije que no. Y ahora, a dormir. Tú te vas a dormir, porque yo voy a tomarme todo el ron. Duérmete… dormir, apaga el fuego… ¿O lo enciende…? SONRÍE
VA A SERVIRSE RON. MIENTRAS TANTO, SE APAGA LA LUZ. EL RUIDO DE UN AGITADOR QUE MUEVE EL RON EN EL VASO Y UNA RISILLA SE ESCUCHAN AL CENTRO DEL

OSCURO TOTAL


CUADRO SEGUNDO

EL MISMO DECORADO QUE EN EL PRIMER CUADRO, CON LA DIFERENCIA QUE LA LUZ SERÁ UN POCO MÁS DILUIDA Y TÉNUE. EN ALGUNOS MOMENTOS SE SUGIERE QUE SE UTILICEN COLORES VIOLENTOS.
ES LA NOCHE DEL DOMINGO SIGUIENTE.
JAVIERA ESTA MUY PÁLIDA. OJEROSA. TIENE PUESTO EL VESTIDO LARGO, A PESAR DE LAS NUMEROSAS DESGARRADURAS. ESTÁ SUMAMENTE AGITADA Y JADEANTE. LLORÓ HACE UN MOMENTO.
SE ADVIERTE CLARAMENTE LA VIOLENCIA A LA QUE SE HA SOMETIDO EL DEPARTAMENTO. UN SILLÓN CAÍDO, LOS CUADROS MAL COLGADOS, ALGUNOS ESTÁN  SOBRE EL PISO. LA SÁBANA QUE CUBRE AL CADÁVER HA SIDO MANCHADA DE RON Y ALGO VERDOSO. HAY TAMBIÉN UNA BOTELLA DE RON VACIA SOBRE EL PISO. OTRA SOBRE LA MESA, SEMIVACÍA.
POR TODO EL ESCENARIO HAY PEDAZOS DE PAPEL DESPARRAMADOS Y SE NOTA QUE FUERON CORTADOS CON TIJERAS: FOTOS, CARTAS SOBRE TODO. LIBROS, ROPA, ETC., EL UNIFORME DE MARINO Y UNA GORRA. LAS TIJERAS SOBRE EL PISO. ELLA ESTÁ SENTADA JUNTO AL CADÁVER.
JAVIERA.  SE IRÁ LEVANTANDO TRABAJOSAMENTE. Día seis… domingo, es de noche y pronto será la hora. Dentro de un rato más, no habrá gente por las calles. Muy pronto no habrá nadie vea cuando te vas… te irás sin testigos… ¿Estás triste José Luis? Yo también. El poder acarrea la soledad hasta llenar el corazón de una sangre pesada con la que no se puede ni llorar. Ya conocí ese peso de mi sangre. HA CONSEGUIDO LEVANTARSE. Pero a ti, nunca te vi con muestras de sentirte solo, y sí poderoso, muy poderoso sobre mí. La soledad te hacía enojar, eso sí. No reconocías que no hubo nadie a tu lado, que estabas completamente solo. Tú fuiste el poder en esta casa… decías: “El piso está sucio, límpialo”, “La paredes están sucias, límpialas”… y yo las limpiaba, porque tú eras quien pagaba el agua con que yo debía dejar todo limpio, muy limpio… “Aquí están estos calcetines… ¡Lávalos…!” Me los arrojabas, y yo despacio me los quitaba de encima y los iba a lavar. ¡Así era todo!  ¿O me equivoco…?  CALLA. EVITA EL LLANTO. Pero ahora no. Fui yo quien rompió las fotos, la ropa, tus cartas y todo lo demás… porque tengo el poder de hacerlo y porque mis manos no las pagaste tú… ahora sí estamos iguales, iguales… ¿Tenías que estar muerto para que pudiéramos estar de igual a igual…? CAMINA HACIA DONDE SABE QUE HAY UN FRASCO DE PASTILLAS. LO ENCUENTRA. LO MIRA. VUELVE POR DONDE VINO. CEREMONIAL, COMO OFRENDA, LEVANTA EL FRASCO DE PASTILLAS. LANZA UNA ESPECIE DE AULLIDO SUAVE. BAJA LOS BRAZOS. Es natural que tiemble. Ya es invierno y en invierno toda la gente tiembla y se estremece… aunque parezca que tiemblo de miedo, pero no… CONFUSA. Hoy es domingo, o primavera… he dicho que es invierno porque tiemblo, pero en invierno se tiembla de todas partes y yo siento que lo único que me tiembla es el vientre y el corazón… Qué raro… ¿Será que voy a tener un hijo…? ESTÁ ALEGRE Y LE TIEMBLAN LAS MANOS. ¡Claro! ¡Seremos padres José Luis! ¿Y si no fuera tuyo…? SE MIRA EL VIENTRE. LO TOCA DESPACIO. SIN DEJAR DE TEMBLAR. Un hijo que se llame Bruno. Hombrecito si no, no. Las mujeres somos hijas del sufrimiento… las mujeres sufrimos y de allí, nos volvemos putas… MIRA SU VIENTRE. Quiero un hombrecito que aprenda a ser como tú… como tú… poderoso, poderoso, poderoso… Este temblor, no sé si es frío o tristeza… Bruno-tristeza-PutasLasMujeres-llorar–sufrir-Los-Hombres-No-Sufren-Y-Lloran-A-escondidas…REPENTINAMENTE, SU ATENCIÓN SE DESVÍA HACIA EL FRASCO DE PASTILLAS QUE AÚN TIENE EN LA MANO. LO MIRA COMO EN LA MISMA CEREMONIA ANTERIOR. LO ABRE. VIERTE SU CONTENIDO EN LA PALMA DE SU MANO Y SI TITUBEOS, SABOREA, MASTICA Y TRAGA. EL FRASCO VACÍO LO COLOCA JUNTO A LOS PIES DEL CADÁVER. RECOGE LAS TIJERAS QUE DESDE EL INICIO DE ESTE CUADRO, ESTÁN TIRADAS EN EL PISO Y MIRA HACIA DONDE TODO ESTÁ ROTO. LEVANTA PAPELES Y LOS RECORTA NUEVAMENTE. Tan simple como esto. TIENE UNA SONRISA MORDAZ  Y ÁGRIA. Cortar, romperlo todo José Luis… SIGUE CORTANDO COMO SI ESTUVIERA HACIENDO FIGURILLAS. Nuevas formas… darle figura al vacío… Pedazos de la incomprensión. A todas las cosas, cuando les faltan partes, las encuentra el sufrimiento, por eso también los hombres sufren cuando les faltan partes. Algo busca completarse dentro de cada quien, algo nos urge para estar completos, y cuando no se consigue, nos vamos marchitando, como estrellas que caen al lado de las lágrimas… tú y yo nos hicimos falta José Luis… SE ACERCA LENTAMENTE AL CADÁVER. Yo te dije una vez que me estaba quedando vacía y sola… y no me hiciste caso… o no me creíste. YA ESTÁ CERCA DE ÉL. LO MIRA CON SORNA. Te voy a cortar el bigote. Se te verá mejor la boca. Te irás como un caballero de bigote recortado… INTRODUCE LAS MANOS BAJO LAS SÁBANAS Y SIN DESCUBRIR EL CADÁVER, CORTA. PUEDE ESTAR CON LA CABEZA BAJO LA SÁBANA. Pareces más joven, ese bigote tan largo nunca me gustó. ¡Ay, perdóname, fue sin querer…! ¡Ay! Ahora sí te reventé el labio… no te preocupes, no se alcanza a notar porque el bigote está quedando perfecto… Ah, claro, te cortaré del otro lado… Eso es, así… Ahora el labio inferior, para que esté uniforme, claro, así te faltarán ya más cosas… RÍE. Tu sangre ya no te pertenece, porque ahora es verde, como la de las plantas en primavera. Todavía se parece a la de alguien que quiere vivir… RÍE POR LA SOLEMNIDAD CON LA QUE DIJO LA ÚLTIMA FRASE. ¡Sangre verde! Qué ridículo. Ahora la nariz, pero no con esto… HASTA ENTONCES SURGE DE ABAJO DE LA SÁBANA Y VUELVE A CUBRIR EL CADÁVER. VA POR UN CUCHILLO. LO CONSIGUE Y SE VUELVE AL CADÁVER CON EL CUCHILLO EN LA MANO. TAMBIÉN TIENE LAS TIJERAS. DE NUEVO LEVANTA LA SÁBANA Y PUEDE VERSE CUANDO CORTA. ESCUCHAMOS EL RUIDO DE LAS TIJERAS. Son hebras perdidas, apagados cabellos del aire, pedazos de la vida desatados… LANZA EL CABELLO AL AIRE. Tu pelo, el mismo pelo que era capaz de excitarme con sólo tocarlo. Aún así estás presente en él, aunque sea distinto su brillo y la suavidad perdida... CONTINÚA CORTANDO. Ya te faltan piezas. Todo lo que tenemos se nos va cayendo, nos abandona… y nos duele… sí, nos duele… SILENCIO. SE YERGUE SOBRE EL CADÁVER Y EMERGE DE LA SÁBANA. LO CUBRE DE NUEVO. El pelo no duele…  SONRÍE Y SUS MANOS LANZAN EL PELO CORTADO AL AIRE. TARAREA ALGO Y SE VA PONIENDO DE PIE SOBRE EL CADÁVER Y BAILA SUVEMENTE. Así estás todavía más joven y mucho más guapo… pareces distinto… COMIENZA UN LEVE TEMBLOR EN SU CUERPO. A PARTIR DE ESTE MOMENTO, TENDRÁ NOTABLES DESEQUILIBRIOS Y UNA EVIDENTE FALTA DE ENERGÍAS. Ya comienza el amanecer José Luis… mira mi pelo… se mueve como si ondeara bajo el agua... Como si estuviera en un acuario…  SU VOZ COMIENZA A SER DOLIENTE A PESAR DE LOS ESFUERZOS POR BUSCAR TONOS MÁS CERCANOS A LA NORMALIDAD. RÍE. Un acuario… Un acuario José Luis… soy un pez… un acuario, los peces rotos, el agua rota, el oleaje roto, la luz quebrada, la vida partida en mil…  el vidrio quebrado, la sangre rota… las manos en el aire, el agua que me inunda, la voz que ya se ha roto… los peces rotos, los peces ahogados, el aire que sangra,   la nariz perdida en el aire, la boca roja, abierta de sed, las manos como las alas… mira… mira cómo se mueve mi cuerpo… con cuánta facilidad… PERMANECE INMÓVIL. Como un pez, buscando lo que los otros peces sueñan… somos de colores. MIRA PASAR LOS PECES A SU ALREDEDOR. LOS PUEDE VER DE CERCA. SU MIRADA CADA VEZ PARECE MÁS ALUCINATORIA. Deben ser iguales a los que me dijiste que hay en el mar y podías verlos tan cerca, como los veo yo aquí... Quiero tener uno, y que me enrede el pelo, que me acaricie el cuello…. ASOMBRADA. ¡Cuántos colores tenemos, cuántos! Somos como los del mar Egeo. ¿Te acuerdas que yo no te creía? Ese que nada despacio frente a mis ojos, tiene el mismo tamaño que un niño recién nacido… bien podría llamarse Bruno. Así chiquito. Mira cómo se mueve, parece que va saltando la cuerda… RÍE Y LA RISA ES DÉBIL. LO MIRA ALEJARSE. ¡Salta Bruno! ¡Salta...! LA VISIÓN SE HA ALEJADO. ELLA SE QUEDA QUIETA CON UNA SONRISA ESTÚPIDA. BUSCA BEBER Y LO CONSIGUE CON CIERTAS DIFICULTADES. TAL VEZ EN ESTE MOMENTO COMIENCE A BABEAR Y SU BOCA SE ABRA CON MÁS FRECUENCIA. GRITA. A LAS VISIONES. ¡Hoy saldremos todos del acuario a despedir al pez que se marcha...! ¡Iremos todos, niños y niñas a llevar a...! MIRA EL CADÁVER. ¡Sssssshtt…! Silencio, no hagamos ruido, porque ahora duerme el marinero… descansa... Está un reposo. RÍE MALICIOSA. Quiero descanse antes que se vaya...  para el viaje, se debe estar descansado… LLORA RABIOSA. ¡Quiero que se largue! ¡Qué se largue…!. ¡Qué se largue...! LLORA DURANTE UN LARGO MOMENTO, HASTA LOGRAR CONTENER EL LLANTO. Ya casi es la hora... COMIENZA –CON MUCHAS DIFICULTADES- A LEVANTAR LAS COSAS QUE ESTÁN REGADAS SOBRE EL PISO. TIEMBLA Y TIENE LIGERAS CONVULSIONES. LE RESULTA MUY DIFÍCIL LEVANTAR Y SOSTENER LAS COSAS. Tus fotos... las cartas de tus amantes... tus uniformes.  Y te regreso esto... SE DESPOJA DE LA ARGOLLA DE MATRIMONIO Y LO COLOCA EN ALGUNA PARTE DEL CADÁVER –LA BOCA TAL VEZ-. CONTINÚA LEVANTANDO TROZOS DE PAPEL, OBJETOS, TRAPOS, ETC. Y LOS VA COLOCANDO BAJO LA SÁBANA QUE CUBRE EL CADÁVER. Ya estás listo... OBSERVA. LE CUESTA MUCHO TRABAJO MANTENERSE EN PIE. Iremos contigo al puerto José Luis, los peces te van a llevar en sus espaldas. Vamos a cantar a coro. Cuando lleguemos al malecón, guardaremos silencio… A LAS VISIONES QUE NO SE HAN MARCHADO. ¿¡Entienden?! Allí está el barco… ES UNA VISIÓN. Un barco de luz, un barco hermoso, listo para zarpar… para que te vayas marinero, para que te vayas… CAMINA. LOS PASOS LOS DA SIN RUMBO. EN ALGÚN MOMENTO CASI CAE. SE ALEJA DEL CADÁVER. SU MIRADA HA PERDIDO LA VIVACIDAD Y EL BRILLO QUE ANTES TUVO. SU RESPIRACIÓN ES TRABAJOSA. Ya es hora, levántate... SU BOCA ESTÁ MOJADA. ¡Vámonos! ¡Marchemos...! CAE ARRODILLADA. ¡Adelante, marino! El barco está enfrente… SEÑALA DICHA VISIÓN. Míralo, allí está enfrente… Arréglate el bigote, vámonos... Amanecerás tú solo en alta mar... al mando de ese grandísimo barco…  yo me iré del acuario... para siempre... BUSCA ACERCARSE AL CADÁVER. ¡Levanten a José Luis porque se va de viaje…! Llévenlo a donde... a donde el mar inunde su corazón... a donde los peces le saquen los ojos... El cuerpo se me rompe, los ojos se estrellan… es el amor... ¡Atiéndeme, cuídame! ¡Escúchame desde lo alto…! ES POSIBLE QUE AHORA SÓLO SE ARRASTRE. A José Luis Romero lo espera el barco, y a mí me aguarda el mar... el mar... comple...to... el mar...  a mí... me... aguar...da el... mar.... el sereno mar… el mar en calma… la luz tiniebla… la luz negra del mar…  MIRA HACIA NINGUNA PARTE. SU MIRADA ESTÁ INMÓVIL. EL BRILLO DE SUS OJOS SE AGOTA.

TELÓN RÁPIDO